domingo, enero 3

2020, AÑO QUE ME ENSEÑÓ A GOLPES A SOLTAR




¿Por dónde empezar?

    Primero que todo, siento tristeza conmigo misma por haber dejado botado este blog. Me pudo haber ayudado mucho en el 2020, en especial en los meses de cuarentena pude haberlo usado como especie de diario. Pero bueno, en lo que pase de este mes puedo escribir mi experiencia/relato de cómo viví la cuarentena, y posterior salida al mundo. Seguimos en pandemia, y creo que durante este 2021 seguiremos así, por ende, todavía queda mucho por vivir y relatar sobre esta pandemia.

    No es noticia para nadie la pandemia a causa del COVID19, ha sido un año muy duro en todos los aspectos: en lo económico, social, político, y salud. En lo económico se me hizo fácil soltar mis negocios, tal vez porque en ese aspecto sí tenía claro que más importante es mi salud y la de mis padres, que ya son personas de la tercera edad, entonces el estar expuesta a clientes no me hace sentir para nada confiada, y aunque mi economía está por los suelos, con ciertos trabajos online puedo pagar mi comida y necesidades de mis perros, por otro lado, mis padres me ayudan con ciertos gastos como medicinas y el pago de mi seguro social, con eso me ayudan bastantísimo. En lo político yo sabía que esta pandemia en mi país iba a resultar el pretexto perfecto para robar, así que todos los escándalos de corrupción que hubo (y sigue habiendo) no me tomaron por sorpresa. 

    Es en el tema social y de salud, que este año sacudió mis entrañas, primero porque al yo estar a cargo de mis padres, sentía la obligación de mantenerlos a salvo, por lo menos los primeros meses de cuarentena, cuando los hospitales estaban a rebosar de pacientes y no se sabía con claridad cómo manejar la enfermedad. Yo miraba a mi alrededor cómo iban falleciendo padres, madres, tíos, abuelos de otras personas, e inclusive amigos míos de edad avanzada partieron en la primera ola de la pandemia, y no podía dejar de sentir el enorme temor de vivir eso con mis padres. Mucho estrés viví, pero con el pasar de las semanas, la familia fue entendiendo que debíamos aceptar lo que sea que vaya a pasar... Aprendí a soltar a mis padres. Yo los cuidaba, pero desde este año, aprendí que no puedo controlar todo, y que si les llega a pasar algo, debo enfrentarlo y no temer a la idea de quedarme sin ellos. 

    En el tema de salud también aprendí a soltar a mis hijos perros. Ellos son mi
familia directa, mi compañía. Años antes cuando se enfermaban yo hacía de todo para hacer que sanaran, pero este año fue tan duro en este aspecto, pues una de mis perritas enfermó de Diabetes, así que debía inyectarle todos los días insulina, pero eso no era todo, esta enfermedad ha sido bastante complicada de manejar en perros, donde a pesar de estar con medicina, de la nada les da picos bajísimos de glucosa en la sangre y pueden llegar a convulsionar. A mi Ena así le dio en noviembre, y a verla sufrir tanto, sin tener a quien recurrir para que la estabilizara (ningún veterinario cerca de mi casa me contestaba, y yo no tengo carro como para ir lejos), sumida en el llanto decidí que debía hacerla dormir para siempre. Luego de una hora de estar buscando un veterinario, uno me contestó, cogí taxi con tanto temor por el virus, pero ya no sabía qué hacer. El veterinario me indicó todos los procedimientos para estabilizarla, y me dijo que eso no garantizaba que ella permaneciera estable. Esa misma noche me despedí de mi Ena, para la familia fue un golpe muy duro, desde mi padre hasta mi sobrina más pequeña lloraron sin parar, todos la queríamos muchísimo, pero veíamos como mi Ena ya no podía hacer una vida sana por esta enfermedad, habían semanas que estaba bien, y de repente se descompensaba, temblaba, no podía caminar bien ni hacer sus actividades tan básicas como dormir... A veces pienso que si la pandemia no habría, ella estuviera conmigo todavía, o si quizás yo hubiera visto la forma de hacerle el tratamiento cerca de casa, pero a la final nada era garantía de que ella no vuelva a sufrir como sufrió la noche en que convulsionó... La extraño mucho, pues ella era la que más compañía me hacía.

    En el aspecto social o personal, este año me dio tanto y me quitó a la vez. No pude asistir al babyshower de mi mejor amiga, no he podido conocer a su hijito, a ella sólo la he visto 3 veces el año anterior, con mis otras amigas ni siquiera nos hemos podido ver una vez. Aunque gracias a la pandemia, tomé contacto de nuevo con un amigo a quien yo quiero mucho, él fue prácticamante mi compañía desde marzo del 2020 hasta el final del año, me ayudó a pasar la pérdida de mi perrita, estuvimos presentes cuando nos sentíamos a morir, nos hacíamos compañía cuando alguno de los dos flaqueaba por el estrés o la depresión, nos dimos muchas alegrías, y él se transformó en mi refugio ante las cosas feas que pasaban en el mundo, y sin embargo, el 31 de diciembre del 2020 se despidió de mí porque necesitaba alejarse de todos, según él tenía que reorganizar su vida y buscarle un sentido. Mi amistad con él no ha sido muy convencional, a veces sí nos hemos hecho daño o no hemos pensado en el bienestar del otro, por eso yo me he alejado de él años antes para entender qué es lo que yo quiero de la vida. Alejada de él es que aprendí a apreciarlo, el ver no solo lo negativo, si no todas las cosas positivas que él me brindaba, así que entiendo que él se haya alejado para reencontrarse, y aunque espero que regrese pronto, sí me ha inundado un miedo extraño, más que nada porque realmente no sé si él vuelva a mi vida, además que me ha dado miedo frente al 2021 porque seguimos en pandemia, pero ahora no tengo a ese ser humano que se transformó en mi refugio, ahora yo estoy sola frente al mundo, y no creo que nadie pueda reemplazarlo. 

    No sé cómo será este nuevo año, le tengo mucho miedo, la verdad. No tengo mi compañero de pandemia, mis amigos siguen lejos, mis primos igual, no tengo con quien contar en un periodo tan duro como lo ha sido esta pandemia. Solo me queda seguir y acostumbrarme a esta soledad extrema.

    De todas formas, debo permanecer en pie y tratar de adaptarme lo mejor posible a esta soledad.



2 comentarios:

  1. La pandemia del 2020 parece un juego frente a lo que parece estar en camino por un futuro cercano

    ResponderEliminar