Lo que voy a postear a continuación lo tomé de una respuesta que le hice a una correista que quiere al Yasuní. Lo voy a adaptar para que sea dirigido a todos los correistas.
Querido correista, te voy a contar mi vida y un sueño que se hizo realidad.
Cuando yo era niña, mi familia no era muy amante de la
naturaleza, todo era trabajo, deberes, quehaceres del hogar, ciudad, ruido, y
demás. Pero hubieron circunstancias en nuestra vida familiar, que hicieron que
yo me apegue mucho a la naturaleza, aprendí de ella, aprendí a respetarla y
cuidarla, la naturaleza me dio paz, hizo que en mí despertara una curiosidad
extrema por lo que es la vida, tanto fue así que terminé convirtiéndome en
bióloga. En mi familia existen varios empleados de Petroecuador (ahora Petroamazonas), así que toda
mi vida he estado vinculada a temas sobre el petróleo, temas buenos y malos, y
eso sumándole a mi amor por la naturaleza, hicieron que este tipo de temas sean
mis favoritos con respecto a conservación ambiental. He viajado por el oriente,
conociendo reservas como el Cuyabeno y el Yasuní varias veces, también
conociendo la forma en como viven los petroleros estatales (viven bastante bien
en sus campamentos con buffet, sala de cine y juegos), cómo se extrae el
petróleo, qué tipo de piscinas usan para los contaminantes, conociendo además
la vida de la gente que ha sido afectada no sólo por Chevron, si no por la
estatal Petroecuador, vida de indígenas y de colonos, una vida que es muerte.
En la historia del Ecuador no ha habido ningún gobierno que
se interese por el medio ambiente, es entendible ya que en general en todo el
mundo, el medio ambiente ha sido visto como un recurso económico más, hasta que
llegó Rafaél Correa. Ya en mi universidad, profesores que lo conocían, nos alertaron
que Correa no se llevaba bien con la idea de apreciar a la naturaleza, que no
reaccionaba de forma positiva cuando se hablaba de conservación, que él sólo
hablaba sobre la naturaleza como un bien, un producto o un servicio (un pensamiento capitalista que yo, a pesar de que acepto varios aspectos de este sistema económico, este aspecto en lo particular no comparto en lo absoluto). Pero después de pasar por tantas crisis económicas, en
lo personal, ya me había acostumbrado a que un gobierno no le de la importancia
debida al medio ambiente, y que uno tenga que estar peleándose con ellos sobre
este tema, que dije: -no importa, votaré por Correa y le daré el beneficio de la
duda en cuanto al medio ambiente-… Pero... Cualquier duda sobre Rafael Correa y
el medio ambiente, desapareció cuando en el tema de los tiburones, nos llamó
“ecologistas infantiles”, supe en ese preciso momento que era como los demás, aún así no dejé de creer en él del todo, a pesar de que cada actitud que ha tenido, el hecho de
poner sobrenombres a sus opositores, de remedarlos, de insultar a la gente, su
forma arrogante de ser, fueron debilitando mi confianza hacia él, todas las
obras que hizo, yo las he mirado con desconfianza, porque no hay que olvidar
nunca que un político, por más honesto que quiera ser, cae en la red.
Apenas el gobierno lanzó la iniciativa Yasuní-ITT, presentí
fuertemente que iba a fracasar, después me enteré que tenía su plan B, que lo
estaba ejecutando a la par del plan A, y que Ivonne Baki iba a ser la que lo
promovía, una señora que hizo el ridículo en la Cumbre Internacional del Medio
Ambiente en el 2011, mi presentimiento se hizo un hecho, la iniciativa estaba
destinada a fracasar, y Correa siempre se inclinaría hacia su plan B. No creí
en esa iniciativa, yo sabía que Correa estaba utilizando al Yasuní para ganar
adeptos, y que quería a como de lugar explotar el ITT... Varias personas
lo dijimos, pero éramos muy pocos, nadie nos escuchó. Sin embargo, ya después
de quedarme totalmente decepcionada del gobierno por casos de deshonestidad
como el del primo Delgado, Jorge Glas, y los hermanos Alvarado, el 15 de agosto
rogaba porque a Rafael se le iluminara y decida no explotar el ITT, del alguna
forma bien absurda quería seguir creyendo, quería que Correa no se quite la
camiseta ambientalista, pero no fue así, ya esa historia la sabemos…
Después de estar ya 9 años dentro del mundo de la
conservación ambiental, y de haberme deprimido varias veces porque a las personas les importaba un carajo los temas ambientales, lo
que no me imaginé nunca fue la reacción que tuvo la gente con respecto al
Yasuní, no me había puesto a pensar que los ecuatorianos realmente se habían encariñado
con un lugar que la mayoría ni siquiera conoce, que si las personas creían en las
palabras de Correa en muy buena parte era gracias a esa iniciativa. El hecho de
que haya tanto ciudadano tratando de ayudar a un área protegida, créeme que es uno
de mis sueños hecho realidad, y que más que sea por el Yasuní, un lugar que lo
considero mi santuario, mi hogar, ese sitio donde yo descubrí que la selva es
mi pasión.
Y yo lo lamento tanto, lamento que un político te haya
hecho esto, lamento que sigamos con la misma forma de gobernar, que demos la
prioridad al petróleo y al dinero, en vez de una vida equilibrada con el
planeta. Lamento que tengas que darte cuenta como es la política mundial en
cuanto al medio ambiente (es la última rueda del coche), lamento que te sientas ahora como yo me he sentido por tantos años, lamento no haber gritado más alto
sobre lo que se venía con el Yasuní… y me he puesto triste, muy triste estos
días… Pero de alguna forma, gracias a ti y a muchas personas más, siento alegría porque de alguna forma ustedes, los amantes
del Yasuní, dan ánimo a seguir en la lucha, no sólo a mi, si no varios
ambientalistas y profesionales que hemos estado en esto por varios años. No te
miento, con las políticas que tenía Correa, que aunque la gente en general
piense que son pro-ambiente, la realidad es otra, y nos estábamos apagando, nos
estábamos rindiendo.
Yo sólo te puedo dar un consejo querido correista, nunca
creas en un político, a ellos no hay que darles nuestro poder de decisión, a
ellos hay que vigilarlos y exigirles con mano dura que hagan las cosas como
deben de ser, con honestidad y respeto hacia todos. Se que creías en la
“revolución ciudadana”, pero la verdadera revolución es dentro de nosotros.
A ti y todas estas nuevas personas preocupadas por el medio
ambiente, les doy la bienvenida a este mundo, que aunque será a veces
frustrante porque muchos les tratarán de “ecologistas infantiles”, la
naturaleza siempre se da las formas de compensar a quien la cuida, aunque sea
con un cántico de pájaros en las madrugadas. No dejen de preocuparse por su
planeta, sólo porque una persona les falló. Y Ante todo el apoyo y fuerza que
están dando por un pedacito de selva, por no abandonar la causa, por no
dejarnos solos en esto, lo único que les puedo decir con todo mi ser…
GRACIAS